Tras un año en el que el mundo no ha podido dejar atrás la lamentable crisis producto del COVID-19, en el DÍA MUNDIAL DE LA SALUD nos unimos fuertemente a la campaña de la Organización Mundial de la Salud (OMS): Construir un Mundo Más Justo y Saludable. 7 DE ABRIL 2021: UN mundo más justo y saludable tras la pandemia de COVID-19
Esta crisis ha dejado en evidencia las desigualdades en materia de salud dentro y entre los países, por ello la OMS ha hecho cinco llamamientos urgentes a la acción para mejorar la salud de todas las personas.
Agilizar el acceso equitativo a las tecnologías contra la COVID-19 entre los países y dentro de ellos
Se han creado y aprobado vacunas seguras y eficaces a una velocidad sin precedentes. Ahora el reto reside en garantizar que estén disponibles para todos los que las necesiten. Para ello, será clave el respaldo adicional que reciba el mecanismo COVAX, el pilar de las vacunas del Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19 (Acelerador ACT), que se espera que en los próximos días haya llegado a 100 países y economías.
No obstante, las vacunas por sí solas no permitirán superar la crisis provocada por la COVID-19. Es imprescindible contar con productos básicos como el oxígeno médico y los equipos de protección personal, así como con pruebas de diagnóstico y medicamentos fiables. También es preciso disponer de mecanismos sólidos que permitan distribuir equitativamente todos esos productos dentro de las fronteras nacionales.
7 DE ABRIL 2021: UN mundo más justo y saludable tras la pandemia de COVID-19
Invertir en atención primaria
A medida que los países vayan superando la crisis de la COVID-19, será fundamental evitar todo recorte en el gasto público destinado a la salud y a otros servicios sociales.
Los Gobiernos deberían cumplir el objetivo recomendado por la OMS de destinar un 1% adicional del PIB a la atención primaria de salud. Los datos disponibles indican que los sistemas de salud centrados en la atención primaria de salud obtienen mejores resultados sanitarios de forma sistemática, aumentan la equidad y mejoran la eficiencia. La expansión de las intervenciones de atención primaria en los países de ingresos bajos y medianos podría contribuir a salvar 60 millones de vidas e incrementar la esperanza de vida media en 3,7 años de aquí a 2030.
Los Gobiernos también deben reducir el déficit mundial de profesionales sanitarios necesarios para alcanzar la cobertura sanitaria universal antes de 2030, que asciende a 18 millones de trabajadores. Ello implica crear al menos 10 millones de puestos de trabajo adicionales a jornada completa en todo el mundo y redoblar los esfuerzos en materia de igualdad de género. Las mujeres prestan la mayor parte de la asistencia sanitaria y social en todo el mundo, y representan hasta el 70% del personal sanitario y asistencial, si bien se les niega la igualdad de oportunidades a la hora de dirigir esa asistencia. Entre las principales soluciones figuran alcanzar una igualdad salarial que reduzca las diferencias salariales entre hombres y mujeres y el reconocimiento de las labores sanitarias no remuneradas que realizan las mujeres.
Priorizar la salud y la protección social
Algunos países ya han puesto en marcha planes de protección social de mayor alcance destinados a mitigar los efectos negativos generados por las dificultades sociales, y han iniciado un diálogo sobre cómo seguir prestando apoyo a las comunidades y a la población en el futuro. Sin embargo, son muchos los que se enfrentan a la dificultad de encontrar los recursos necesarios para llevar a cabo actuaciones concretas. Es fundamental garantizar que esas valiosas inversiones beneficien al máximo a los más necesitados y que las comunidades desfavorecidas participen en la planificación y ejecución de los programas.
Crear barrios seguros, saludables e inclusivos
El acceso a una vivienda salubre, en barrios seguros, con servicios educativos y recreativos adecuados es esencial para lograr la salud para todos.
Es importante intensificar los esfuerzos para hacer llegar a las comunidades rurales los servicios de salud y otros servicios sociales básicos (en particular, el abastecimiento de agua y el saneamiento). Esas comunidades también necesitan urgentemente una mayor inversión económica en medios de vida sostenibles y un mayor acceso a las tecnologías digitales.
7 DE ABRIL 2021: UN mundo más justo y saludable tras la pandemia de COVID-19
Fortalecer los datos y los sistemas de información sanitaria
Aumentar la disponibilidad de datos actualizados y de alta calidad, desglosados por sexo, riqueza, nivel educativo, origen étnico, raza, género y lugar de residencia, es fundamental para determinar dónde hay desigualdades y atajarlas. El seguimiento de las desigualdades en materia de salud debería formar parte de todos los sistemas nacionales de información sanitaria.
Se estima que el año pasado entre 119 y 124 millones de personas más se vieron arrastradas a la pobreza extrema a causa de la pandemia. Bajo esta premisa es que la OMS señala que “esta lucha que los países están librando contra la pandemia ofrece una oportunidad única con miras a reconstruir para mejorar y crear un mundo más justo y saludable, cumpliendo los compromisos adquiridos, aplicando las resoluciones y los acuerdos existentes y asumiendo otros compromisos nuevos y más audaces”.
«La pandemia de COVID-19 se ha propagado favorecida por las desigualdades de nuestras sociedades y las deficiencias de nuestros sistemas de salud», dice el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «Es fundamental que los Gobiernos inviertan en el fortalecimiento de sus servicios de salud y eliminen los obstáculos que impiden a tantas personas utilizarlos, a fin de que una mayor parte de la población tenga la oportunidad de disfrutar de una vida sana».