El 26 de Marzo conmemoramos el Día Mundial De La Prevención Del Cáncer de Cuello Uterino, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace un urgente llamado a las autoridades para erradicarlo para el 2030. VPH Y CÁNCER CERVICOUTERINO
Detengámonos y reflexionemos sobre esta inequidad social y su impacto global. En el cuarto lugar de los cánceres más comunes en mujeres a nivel mundial, el cáncer de cuello uterino registró 604,000 nuevos casos solo en 2020. En Chile, es la principal causa de muerte entre mujeres de 20 a 44 años y la sexta entre 45 y 64. Sin embargo, a pesar de las mejoras, sigue siendo un importante problema de salud pública con un fuerte impacto social y económico, afectando a mujeres cada vez más jóvenes en plena edad reproductiva.
El Virus del Papiloma Humano (VPH) se ha identificado como el principal desencadenante del Cáncer Cervicouterino, convirtiéndose en la infección de transmisión sexual más prevalente en la actualidad. Aunque existen más de 200 tipos de VPH, alrededor de 40 de ellos afectan la mucosa genital en hombres y mujeres. Pero mientras que en los hombres esta infección suele ser subclínica y raramente progresa a cáncer, en las mujeres hay una alta probabilidad de desarrollar neoplasias en el cérvix, vagina, vulva o perineo. Con 8 de cada 10 personas sexualmente activas portando el virus y solo un 1% de los hombres experimentando lesiones neoplásicas, ¿no resulta alarmante que el 90% de los casos de cáncer cervical recaigan en la población femenina?
Desafíos en la Lucha contra el Cáncer Cervical: Reflexiones sobre la Persistente Incidencia y Mortalidad.
A pesar de los avances desde la década de 1950 en la detección y comprensión del cáncer cervical, así como el desarrollo de vacunas y pruebas moleculares en el siglo XXI, la incidencia y mortalidad de esta enfermedad apenas ha disminuido a nivel mundial.
Aunque en Chile se implementó un programa de tamizaje en 1965, enfocado en mujeres de 25 a 64 años con exámenes de Papanicolaou cada tres años desde 1987, los resultados han sido insuficientes. A pesar de los recursos económicos, la infraestructura, el personal y la tecnología disponibles, ¿por qué no logramos reducir el número de mujeres con lesiones precursoras y cáncer, o peor aún, el número de muertes diarias por esta enfermedad? Es una pregunta crucial que requiere una respuesta urgente.
El cáncer cervicouterino es una patología totalmente prevenible y curable cuando se cuenta con métodos de tamizaje, confirmación diagnostica, tratamiento y seguimiento en la población de riesgo, indicando que el mejor método costo-efectivo para su pesquisa es el examen citológico de PAP en donde al menos el 80% de las mujeres entre 25 a 64 años deben ser sondeadas.
Gracias a los esfuerzos del equipo de salud y de las autoridades sanitarias en Chile, en el año 1990, el programa de pesquisa mostró ser eficaz y eficiente, aumentando la cobertura del examen de PAP de un 51% al 66%, evidenciando también un importante compromiso de la población femenina a la realización del examen. Lamentablemente, con el paso de los años, la situación se ha estancado y a la fecha los mejores porcentajes nacionales de cobertura no superan el 67%.
Si reflexionamos sobre el hecho de que un adecuado tamizaje del cáncer cervicouterino mediante el examen de Papanicolaou podría prevenir hasta el 75% de las muertes relacionadas con esta enfermedad, ¿no es hora de cuestionarnos qué necesitamos para elevar nuestros estándares y salvar más vidas? VPH Y CÁNCER CERVICOUTERINO
Al poner sobre la mesa el comportamiento sexual de la población, sobretodo la adolescente y adulto joven, y el acceso a la información en salud a través de redes sociales e internet, ¿no deberíamos mejorar la cobertura? ¿Estaremos fallando en el modelo preventivo en salud? ¿Será que la población femenina de nuestro país requiere someterse a la pesquisa antes de los 25 años? Si hablamos de un modelo de salud preventivo, ¿no es mejor pesquisar la infección por VPH y continuar con seguimiento de las pacientes antes de recibirla con una lesión precursora a los 25 años? Sin duda, la falta de evidencia científica en estos temas es una limitante importante en la toma de decisiones.
Aunque hemos progresado discretamente en la educación sexual en escuelas y hogares, la desigualdad en el acceso a información precisa y confiable sigue siendo una barrera significativa para mujeres en riesgo de desarrollar lesiones precursoras o cáncer cervicouterino. Es clave que tengan acceso oportuno y de calidad a información sobre esta enfermedad, que puede prevenirse fácilmente con un simple examen de medicina preventiva. Este examen nos permite, como profesionales de la salud, evaluar el estado celular del epitelio cervical de la paciente y prever posibles lesiones neoplásicas en el futuro.
Trazando el Camino hacia la Erradicación del Cáncer Cervical: Desafíos y Soluciones.
Creemos firmemente que el examen de PAP seguirá siendo, por excelencia, la medida costo-efectiva más relevante para el tamizaje de los signos de infección por VPH, de las lesiones precursoras y del cáncer de cuello uterino, el llamado entonces es para todos los actores del sistema sanitario, a trabajar en conjunto para informar a la población de la relevancia de acudir de forma oportuna al control gineco-obstétrico y su respectiva realización de citología, invitando también a evaluar nuevas opciones de tamizaje, como la autotoma de PAP.
¿Sería esta una posible vía de escape al pudor que genera un examen al cual, aparentemente, muchas mujeres le tienen miedo y que, con la debida capacitación, podrían realizar en la tranquilidad de su hogar para luego llevar la recolección de la muestra a un Laboratorio de Citodiagnóstico?
Instamos a todos los profesionales de la salud y la educación a compartir información científica de alta calidad en todos los niveles. La educación en salud requiere expertos capacitados que lleguen a los sectores más desfavorecidos, reduciendo la brecha del conocimiento, un derecho fundamental para todos. Además, es fundamental seguir promoviendo la vacunación. Aunque existen más de 200 tipos de VPH, algunos altamente oncogénicos pueden desencadenar cáncer cervical en mujeres con citologías anormales o pruebas de VPH de alto riesgo positivas. Es hora de actuar con conocimiento y prevención.
La estrategia del OMS para erradicar el cáncer cérvico uterino considera 3 aspectos: Cobertura del 90% de la vacunación contra el VPH en niñas antes de los 15 años, 70% de cobertura de detección (PAP, tipificación de VPH o ambos) y ,90% de tratamiento de lesiones precancerosas y manejo del 90% de los casos de cáncer invasivo. Sin embargo, mientras existan vacíos científicos sobre las barreras y/o limitantes a la realización del examen, el desconocimiento sobre la toma de PAP luego de iniciada la vida sexual y, sobre todo, dificultad en la superación de los tabúes sobre la salud sexual, la erradicación del Cáncer Cervicouterino al año 2030 pareciera ser un tema bastante ambicioso. VPH Y CÁNCER CERVICOUTERINO