Sin embargo la profesional, Francy Palma, acusa que quienes cometieron dicho delito se mantienen en sus cargos.
Todo comenzó cuando el año 2014, Palma denunció a sus jefaturas en el Hospital Sótero del Río que una de las máquinas reveladoras presentaba problemas técnicos, los que generaban náuseas, dolores de cabeza y otras complicaciones. Tras varias gestiones, la visita de fiscalizadores de la Asociación Chile de Seguridad y el uso legítimo y necesario de licencias médicas ( y otras que no pudo tomar por oposición de sus jefes, la Tecnóloga Médica al volver a su puesto de trabajo advirtió que las dificultades se mantenían. Ante su insistencia para que se resolviera tan delicada situación, se profundizaron los problemas. "
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