Actualmente, nos vemos enfrentados a un sinnúmero de estímulos que requieren de concentración y tiempos de pausa en nuestra mente, para que éstos puedan asimilarse y transformarse en conocimiento.
Todo el tiempo estamos expuestos a estímulos y chispazos de información sensorial que ingresan por la retina. Sin embargo, no todo lo que bombardea a nuestro cerebro puede ser integrado y procesado de forma adecuada por la conciencia, esa ventana misteriosa de la mente, que ha inspirado a Lionel Naccache, investigador en neurociencia cognitiva del Instituto de Cerebro y Médula Espinal de Salpêtrière, Francia, y que logró mapear la zona donde ocurre la toma conciencia, una onda cerebral que asegura "solo es capaz de procesar e interpretar una mínima fracción de aquello que invade a nuestra retina. Esto, a pesar de que utilicemos el 100% del cerebro y no el 10%, como señala el mito".